viernes, 4 de enero de 2008

¿Es una buena noticia que la ABC emita apenas la primera mitad de la cuarta temporada de Lost?


Una vez que la ABC ha anunciado que la cuarta temporada de Lost volverá el 31 de Enero con la emisión de los ocho capítulos grabados hasta ahora, cabe preguntarse si esta vuelta tan esperada es realmente una buena noticia o si, por el contrario, puede acabar volviéndose contra la propia ABC, derivando consecuencias negativas tanto para la serie como para sus seguidores.

Analicemos la situación desde cuatro puntos de vista diferentes: el de los productores, el de la ABC, el de los espectadores asiduos de la serie y el de los más acérrimos seguidores de Lost.
Empezando por los productores, está claro que son los más perjudicados. Es de sobra conocido que Lindelof y Cuse se opusieron desde un principio a que la ABC emitiese sólo media temporada. Aunque resulta pésimo que la cadena americana vaya contra los deseos de los productores, también hay que tener en cuenta que el negocio es el negocio. Esta decisión de la ABC llevó a Carlton Cuse a salir del frente de protesta en los piquetes montados por los guionistas, para supervisar la post-producción de la primera mitad de la cuarta temporada, decisión ésta que no quedó exenta de polémica.

La única ventaja que puede reportarle a los productores la emisión de los primeros ocho capítulos es la de calibrar la reacción de los seguidores de la serie. Ya conocemos que los productores introdujeron algunos cambios en el pasado para satisfacer demandas de los seguidores (el capítulo dedicado a Nikki y Paulo es un claro ejemplo de ello), por lo que si hay algo que no gusta en estos primeros ocho episodios, siempre tendrán tiempo de cambiarlo para la grabación de los ocho siguientes.

Desde el punto de vista de la ABC, la emisión de la primera mitad de la cuarta temporada claramente le beneficia. De hecho no lo harían si no tuviesen la certeza de que les va a beneficiar. Con la situación actual de la huelga de guionistas, Lost se convertirá en el programa líder de los jueves con bastante facilidad. Además, toda la campaña realizada en favor de la serie tras el espectacular final de la tercera temporada, hace que haya crecido el interés por la serie y la expectación.

Sin embargo, el gran problema al que se enfrentan las cadenas es que sólo piensan en el corto y medio plazo, pero no en el largo plazo. Es por ello que algunas cadenas como la Fox han decidido suspender sus grandes estrenos y sustituirlos por “realities“. Darle a los espectadores un poco de Lost para después quitárselo indefinidamente, puede acarrear graves consecuencias, que se reflejen directamente en el estado de salud de la serie, sobre todo si estos ocho primeros episodios no son bien recibidos por el público. Si no se quedan a gusto con el final del octavo episodio, un final que no debía ser aquél con el que concluyese la temporada, ¿volverán a engancharse cuando llegue la segunda mitad de la cuarta temporada? La ABC se ahorraría estas dudas si se esperase a tener los 16 capítulos grabados, pero está claro que eso no va a ocurrir.

En tercer lugar, la cuestión se puede ver desde el lado de los espectadores asiduos, quienes no salen perjudicados con esta decisión de emitir sólo la primera mitad de la cuarta temporada. Es dificil creer que haya gente que siga la serie por puro entretenimiento y no porque esté realmente enganchada, pero haberlos haylos. La emisión de los ocho primeros capítulos les traerá a la memoria que la serie existe y que sigue emitiéndose. Dificilmente se considerarán afectados por el hecho de que la serie acabe a mitad de temporada en vez de acabar con su final natural, y probablemente se vuelvan a enganchar cuando se emita la segunda tanda de episodios. Eso si es que no se esperan a que salga la cuarta temporada en DVD y asunto resuelto. Este tipo de seguidor es el que más fácil lo tiene. Que hay Lost, pues lo vemos; que no hay Lost, pues ya volverá y mientras tanto veo otra cosa.

Por último nos queda el punto de vista de los seguidores acérrimos. El núcleo duro. A ellos, esta decisión les afecta y no les afecta. Me explico. Es beneficioso porque Lost vuelve después de casi ocho meses sin saber nada de nada. Cualquier cosa con tal de saciar la sed lostiana. Incluso la emisión de una promo dejaría satisfecho a este grupo. Sin embargo, no todo va a ser un camino de rosas para la vuelta de Lost. Se puede decir que existen dos tipos de seguidores acérrimos: los pacientes, que aceptan cualquier trama que preparen los guionistas de la serie y los impacientes, que no les gusta que la serie se vaya mucho por las ramas. Éste último grupo se reduce cada vez más, pues son los primeros en abandonar la serie, pero todavía están ahí fuera.

Así quedó demostrado en el 2006; sin embargo, conviene recordar lo que pasó cuando se emitieron los seis primeros episodios de la tercera temporada. Los impacientes estallaron diciendo que no eran suficientes, que tendrían que haber emitido más episodios, que la visión que nos daban era muy limitada y que no concedían tiempo suficiente a nuestros personajes favoritos. Ahora, con la emisión de los ocho primeros episodios de la cuarta temporada, probablemente volverá a ocurrir lo mismo. Se volverán a quejar de que no es suficiente, o de que cierto personaje no ha aparecido o que un determinado misterio ha quedado sin respuesta.

A una serie como Lost hay que dejarla que vaya a su ritmo. Cuando Lost volvió en febrero del 2007 parecía que tenía que demostrar muchas cosas, tras la montaña de críticas recibidas por los fans de la serie. Ahora podría ocurrir lo mismo. Así que ante la pregunta de si los seguidores acérrimos se benefician de esta emisión de los ocho primeros capítulos de la cuarta temporada, la respuesta puede ser tanto negativa como positiva. Lo ideal es que se emitiesen los 16 capítulos seguidos, pero también es cierto que un año entero sin Lost es demasiado tiempo.

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